Nueva columna semanal de Alberto Viña sobre la difusión de esta. Apuntes desde Alcorcón: La cultura es un paquete de jamón
Debo confesaros que nunca en mi vida había pagado por una suscripción a una revista o plataforma hasta hace unos meses. Y porque me pusieron delante unas condiciones que ni siquiera yo sería capaz de rechazar.
En la era de Netflix, de Spotify y de los pagos invisibles código PIN mediante, celebraba y defendía el acceso a la libre cultura como victorias en una arena de gladiadores. Apenas he gastado un total de veinte míseros euros en servicios de ese estilo. Los invertí en una cuenta premium de El País, porque así podría leer a sus columnistas sin límites. Y también porque me enviaron una oferta de seis meses por seis euros. Medio año a cambio de dos paquetes jamón serrano. El mundo me puso delante una oferta que no podía rechazar. Cuando terminó mi oferta especial allá por julio llamé para cancelar mi suscripción, pero como no sé decir que no terminé renovándola a cambio de cinco euros al mes. Cada vez que leo una columna pienso en los paquetes de jamón que podría comprar con ese dinero. Tengo que dejar de hacerlo porque me da hambre y no me entero de lo que leo.
Esta semana ha subido mi gasto en estos servicios: me he hecho una cuenta de Filmin. La he elegido por varios motivos. Primero, porque la competencia no ofrece garantías de satisfacción. Os sonarán las constantes y recientes subidas a la parra de Netflix, por ejemplo. Empezó siendo una plataforma guay: barata, de catálogo amplio y de calidad y que incluso parecía fomentar la multicuenta. Hoy ya es todo lo contrario: cara (a no ser que quieras tragarte anuncios en algo que ya es de pago), de catálogo reducido y con poco sobresaliente en FIlmaffinity y con un despliegue a la altura de Men in Black para castigarte por dejar a ese amigo que vea Stranger Things con tu usuario. Si había alguna razón por la que Netflix podía ser una opción para mí, ellos mismos se han encargado de cogerla y romperla como una entrada del cine.
Otro motivo es la reciente declaración de Jaume Ripoll, director editorial de Filmin, en Twitter: “Sin publicidad, sin subir precios desde 2010 y de aquí”. Denostar lo de aquí parece ser deporte olímpico. Y no soy yo sospechoso de poner lo de aquí por delante de nada solo por ser de aquí. De hecho, intento ser todo lo contrario a eso. Pero en esta ocasión sí he elegido teniendo en cuenta la localización y el origen. Porque aquí también se hacen las cosas fenomenal en muchos ámbitos y porque, por una vez, podemos decirle ‘no’ al gigante que es la industria cultural estadounidense. Ya sé que es un gesto de tamaño subatómico contra la realidad global, pero no sé si en nuestras manos, al menos de manera individual, las opciones son mucho más grandes.
Porque a veces el pirateo está más que justificado. Ningún palacio va a derruirse por lijar levemente un ladrillo. Y el Burger King seguirá facturando billones aunque nos las ingeniemos para robarle un Whopper. Pero quizá la diferencia entre comprar el paquete de jamón o no hacerlo termina siendo mortal para la carnicería del barrio. No será necesariamente la mejor, pero es la de aquí.
Alberto Viña es escritor y vecino de Alcorcón. De hecho, su primer libro “Relatos de taller“, está realizado en colaboración con alumnos y alumnas del ‘Curso de Escritura Creativa’ del Centro Cívico Cultural Cooperante Margarita Burón. Este se puede encontrar en la siguiente página web, o en el mismo centro.
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