El gimnasta, nacido en República Dominicana pero nacionalizado español y residente en nuestra ciudad, se hizo con la plata en los Juegos Olímpicos de Tokio en la prueba de gimnasia en suelo y atiende a alcorconhoy.com para hablar de su proeza. Ray Zapata, un medallista olímpico en Alcorcón
El pasado 1 de agosto, Ray Zapata (República Dominicana, 1993) hizo historia en Tokio. El gimnasta dominicano, nacionalizado español y que vive en Alcorcón, consiguió la medalla de plata en la prueba de suelo de gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Y se quedó a un pasito minúsculo de conseguir el oro: empató a puntuación con el israelí Artiom Dolgopiat, pero se terminó llevando la plata olímpica por decisión de los jueces, pues la dificultad del ejercicio del campeón fue una décima mayor.
Ahora, Zapata (que nació en la ciudad de Santo Domingo, localidad que comparte nombre con el estadio del Alcorcón, toda una declaración de intenciones) ha pasado por la redacción de alcorconhoy.com para hablar al respecto de las Olimpiadas y de muchos más temas. Cinco deportistas de Alcorcón (Zapata, la también gimnasta Roxana Popa, la waterpolista Pili Peña y su entrenador Miki Oca y el waterpolista Álex Bustos) participaron en estos Juegos Olímpicos. Zapata, Peña y Oca consiguieron medalla, todos de plata, mientras que Bustos y su selección acabaron cuartos y se quedaron a un pasito. El deporte de nuestra ciudad, ya se sabe, goza de una salud fantástica. Y así lo demuestran las nuevas generaciones, que vienen pisando fuerte, como la atleta Carla García, el futbolista Dani Gómez, el baloncestista Juan Núñez, la joven jugadora de baloncesto Nohemy Ipo y la gimnasta Emma Fernández.
Ejemplo de perseverancia
“Vi que mi sueño se hizo realidad. Llevaba cinco años trabajando para ello y fue maravilloso el poder traer una medalla a casa. Aunque fue una pena que no fuera la de oro”, cuenta Zapata a alcorconhoy.com, casi tres meses después de conseguir ese metal olímpico con el que tanto había fantaseado. “Después de hacer mi ejercicio, me di cuenta de que podría hacer medalla. El único que me daba un poco más de miedo era Ryu Sung-hyun, de Corea del Sur, que tiene 18 años y que es muy bueno. Pero al final no hizo podio. Aunque el que me ganó fue Artiom Dolgopiat, el israelí, por decisión de los jueces”.
Asimismo, el deportista también quiso hablar de cómo fue la preparación para los Juegos tras este año tan complicado a causa del Covid-19. “Con la pandemia fue todo muy difícil, porque muchos no teníamos los medios para poder entrenar. Pero después, se fue retomando la normalidad y se puso fecha a los Juegos de Tokio. Tenía molestias en el tobillo y decidí operarme. No era una operación complicada. Tenía que quitarme unos cuerpos libres que tenía en el tobillo y que no me dejaban hacer la flexión completa. Pero todo salió bien, y creo que esa fue la mejor decisión que tomé en cuanto a la preparación. Los entrenamientos eran una locura, porque había que encontrar las mil y una formas de clavar los ejercicios”, cuenta.
Objetivo: el oro en París 2024
Como se desprende de sus declaraciones, el gimnasta, campeón de Europa en suelo en 2015 y 2018, nunca se marca límites. “Podría haberme retirado tras los Juegos de Río 2016, porque ha hubiera cumplido algo fantástico: estar en unas Olimpiadas. Pero quería dar más de mí. Volver a unos Juegos y luchar por una medalla. Y quería la de oro, porque me gusta ir a por todas. Si tengo que comprarme una casa, que sea una muy guapa. Si tengo un coche que es la leche, quiero uno mejor. Siempre me gusta mejorar. Tenía el ‘Zapata I’, mi ejercicio… y dije, “Vamos a hacerlo en plancha”, con el ‘Zapata II’, que hay que estar loco para hacerlo y que no existía en la gimnasia. Por eso quería el oro, y por ello ahora quiero ir a París a por el oro”.
Los Juegos Olímpicos de París 2024, por tanto, son su nuevo objetivo. Aunque, ¿hubiera participado en ellos si hubiera logrado el oro en Tokio? Zapata deja la pregunta en aire. “No lo sé, pero sí que sé que le hubiera puesto el broche a mi carrera. Aunque ahora estoy picado, y quiero demostrar que soy el mejor una vez más”, refiere, antes de recordar lo mucho que Alcorcón y España entera se volcaron con él. “Ana Peleteiro (bronce en triple salto) y yo fuimos portada en muchos periódicos… ¡Fue una pasada! Y en Alcorcón, los pequeños me paran para hacerse una foto conmigo, la gente me felicita… y hay incluso niños que se han apuntado a gimnasia después de mi competición. El impacto que ha alcanzado todo esto es brutal, y es increíble haber motivado a personas a hacer gimnasia y a hacer deporte”, afirma.
Su hija, con medallas debajo del brazo
Peleteiro, por cierto, es la madrina de la hija de Zapata, que nació hace unos meses y a la que pusieron Olympia… por aquello de que Ray iba a ir a los Juegos. Y la niña vino con dos medallas debajo del brazo: la de su padre y la de su madrina. Por cierto, la madre de la pequeña es Susana Sanz, exgimnasta del prestigioso Club Los Cantos de Alcorcón. Ahí es nada. “Le había dicho a mi hija que le iba a traer una medalla de los Juegos Olímpicos, un día que me salió decírselo. Y al final mira, lo conseguí”, cuenta Zapata, que por otro lado es también un deportista que también está muy implicado con las causas sociales. Es más, en los últimos días ha mostrado su apoyo a la Fundación Siempre Fuertes, nacida en Alcorcón y que busca recaudar fondos para la investigación del cáncer infantil.
El atleta, además, siempre ha puesto de manifiesto la importancia de la salud mental en el deporte. No oculta que lleva dos años yendo al psicólogo, y que ese ha sido un factor clave en su crecimiento. Porque a veces, es necesario parar y coger impulso, como hizo la atleta estadounidense Simone Biles durante las Olimpiadas. “Ella es una gran referente, como deportista y persona. Es la mejor y sabía que podía ganar en todas las disciplinas. Pero dijo… ‘No voy a competir, porque no estoy bien’. Sabía que iba a vencer, pero prefirió estar bien, y eso le dio mucha visibilidad a la salud mental. Ella salta muchísimo, casi tres metros de altura, haciendo mortales con giros. Si en un pequeño momento se desubica… se parte en cuatro. Se puede matar. Literalmente. Y es mucho más importante eso que unos Olímpicos”, rubrica Zapata, un auténtico ejemplo de todo.