Nueva tribuna del periódico en papel del mes de diciembre. Hacer barrio, la forma más hermosa de celebrar la Navidad en Alcorcón
Dicen que durante las Navidades sacamos nuestro lado más tierno, aparcamos las diferencias y buscamos lo que nos une. Sin embargo, en la última gala de Alcorcón SaborQueMola tuve la sensación de adelantarnos al calendario. Lo vivido en la entrega de premios 2025 fue, sencillamente, el mejor anuncio de Navidad posible para nuestra ciudad.
En tiempos de ruido y polarización, ver la discoteca Jowke llena hasta la bandera con trescientas personas remando en la misma dirección fue un bálsamo. Allí no había colores políticos, ni competencia feroz entre negocios, ni barreras institucionales. Allí solo había orgullo de pertenencia. Fue conmovedor ver a políticos de diferente signo, a empresarios competidores entre sí y a vecinos de toda la vida aplaudiendo al unísono.
¿El culpable? La gastronomía. Y un nombre propio: Joaquín Parejo. Esa ovación que recibió no fue solo para él, sino para lo que representa: la capacidad de hacer comunidad y de reivindicar la marca Alcorcón, o como en este caso, el sabor de lo nuestro.
Comunidad hacemos también cada vez que nos sentamos en una mesa. Firmamos la paz, celebramos la vida, ahogamos las penas… Y Alcorcón ha demostrado tener una mesa muy grande y muy bien servida.
En un mundo cada vez más individualista y opaco por culpa de las redes sociales, nuestros bares y restaurantes son los últimos refugios de la socialización real, del cara a cara. Son nuestros parlamentos de barrio. Ahora que se encienden las luces en nuestras calles y empezamos a cuadrar agendas para las cenas de empresa y los reencuentros familiares, les invito a recordar esa imagen de unidad de la gala.
Tenemos la inmensa suerte de vivir en una ciudad donde la tradición del Bar Plaza convive con la vanguardia de Kauna o Chez Michel. Tenemos un talento culinario que ha logrado que chefs con Estrella Michelin y críticos de todo el país giren la cabeza para mirar qué está pasando en nuestros barrios.
La gala nos recordó también que detrás de cada caña y cada tapa hay familias, esfuerzo y mucha ilusión. Estas Navidades, el espíritu festivo no se encuentra cogiendo el coche o el transporte público hacia el centro de la capital. El espíritu de la Navidad reside en bajar a la calle, entrar en el bar de siempre o en el restaurante que acaba de ganar un premio, y brindar con los nuestros.
Hacer barrio es la forma más bonita de hacer Navidad. Porque cuando llenamos los restaurantes de Alcorcón, no solo estamos disfrutando de una gastronomía de oro; estamos regalando futuro y gratitud a esos vecinos que, con su esfuerzo, mantienen viva la llama —y los fogones— de nuestra ciudad.
Brindemos por ellos. Y brindemos, sobre todo, aquí. En Alcorcón.
Foto principal: envato.
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