La realización de pucheros y piezas de alfarería ha estado ligada a la historia de la ciudad. Siglos de historia alfarera en Alcorcón.
La alfarería ha estado ligada a Alcorcón desde siempre. La alfarería forma parte del ADN de Alcorcón hasta ser inclusive un gentilicio más para referirse a los habitantes de Alcorcón. En dos sencillas repisas de la Hermandad de Santo Domingo Santo Dominguín se acumulan siglos de historia alfarera en Alcorcón. Santi, el Hermano Mayor, con mucho mimo y cariño ha acumulado varios pucheros y piezas alfareras que ha ido encontrando en excavaciones que se han realizado en la localidad en las últimas décadas para hacer viviendas o plazas de garaje. Una vasijas y pucheros que guardan el duro trabajo de los alfareros, lo anhelos de quien los hacía por venderlos y quien los compraba para usarlos. Piezas que guardan los aromas y las ilusiones de otras épocas más humildes, de otras personas que seguramente eran más sencillas que lo que somos ahora pero que tenían sueños como tenemos todos. Piezas de alfarería, pucheros, que han guardado agua, líquidos, alimentos… Unas piezas que son parte de la idiosincrasia de Alcorcón y que hoy, como en su nacimiento, están con humildad y silencio colocados en dos repisas. En alcorconhoy.com hemos charlado con Santi, Hermano Mayor de la Hermandad Santo Domingo Santo Dominguín.
Historia de Alcorcón
Alcorcón fue uno de los focos de producción de cacharrería y recipientes que eran destinadas a su consumo en Madrid Capital y muchos municipios de los alrededores. Desde el siglo XVI se tiene constancia de que Alcorcón es un núcleo de producción alfarera. Los más conocido las producción de pucheros en los hornos de Alcorcón. En la primera mitad del siglo XIX consta que en el Alcorcón hay ocho fabricas de alfarería, a principios del siglo XX había 13. Ya en la década de los 60 el número había decrecido. Uno de los últimos alfares era el de los hermanos Ortega, Julio, Juan Y Críspulo cuyo alfar estaba ubicado en el lugar del actual Mercado Colón. Como nos decía Santi, el Hermano Mayor, “El mercado se hizo sobre el alfar”.
No toda la tierra valía para hacer los pucheros y la alfarería de Alcorcón como nos explicaba Santi “el barro se traía del Parque Ondarreta que era la zona donde la arcilla era buena, la mejor, para realizar los trabajos de alfarería” Santi nos explicaba el procedimiento “Se traía la tierra, el barro y se tenía en una charca. Después de un tiempo se pisaba y la tierra se iba deshaciendo. Luego se filtraba para depurarlo y se dejaba secar el agua. Más tarde se cogía por trozos y se tiraba contra la pared para que se pegara y se terminara de secar y se quedara con el punto justo de humedad. Y después a la rueda para trabajarlo”. Una vez trabajado y secado se barnizaban y cocían en los hornos.
De excavación en excavación
Santi trabajaba en una empresa de construcción, suministros y movimiento de tierras en Alcorcón y en cada trabajo en la ciudad “Cada vez que movíamos tierras yo estaba muy pendiente de si encontrábamos alguna vasija o pieza antigua. Cuando aparecían la sacaba lentamente y mandaba a los compañeros a excavar en otro lado mientras yo sacaba la pieza con cuidado. Son trozos de la historia de nuestro pueblo”.
Los pucheros de Alcorcón tenían normalmente una capacidad entre los 250 cl y los nueve litros. Los había, también, más grandes para bares y restaurantes.
Santi nos relataba recuerdos de su infancia en relación a la alfarería “Me acuerdo de que, para encender los hornos, para quemar, mejor que leña usaban las virutas, la paja de los plátanos de Canarias. Es decir, los pedidos de plátanos que llegaban desde Canarias a la península por Barajas venían empaquetados y entre una tira de plátanos y otra venían separados por unas virutas o pajas que venían aquí y se usaban para los hornos. Cuando llegaban a Alcorcón los niños nos arremolinábamos porque a veces quedaba algún plátano extraviado”.
Y con las asas que se rompían o no se usaban para los pucheros y se tiraban “los niños hacíamos con esas asas y una latas juguetes. Con esos juguetes tan humildes y la imaginación nos divertíamos”.
Años cuidando la alfarería
Años cuidando la alfareríaDesde hace años Santi y la Hermandad guardan y cuidan estos pucheros y piezas. Cerca de una treintena “El más antiguo según algún historiador tiene más de cuatro siglos. Algunos tienen algún agujero porque al encontrarlos los dientes de la máquina los ha atravesado”.
Algunos de los pucheros y piezas se han estado exponiendo en el hasta ahora Espacio Alfarero “Ahora me los han devuelto porque van a usar ese espacio para otras cosas”. La pena de Santi y de muchos de los alcorconeros más veteranos es “que no exista un espacio para exponer estas cosas y se cuide y difundan las cosas más características del pueblo, de nuestra ciudad. A lo largo de los años he hablado con diferentes políticos y Alcaldes de todos los colores políticos y ninguno ha mostrado verdadero interés y ganas por poner en valor la historia y tradiciones de Alcorcón. No entiendo porque no hay una exposición permanente de la alfarería de Alcorcón. Nuestra ciudad, Alcorcón, es alfarera. Es una pena que no se haga”.
En la Hermandad
Los hermanos lo tienen claro “A partir de septiembre queremos que cualquier hermano o vecino que quiera visitar los pucheros y charlar de la historia de Alcorcón pues venga a visitarlos. Deberíamos cuidar más lo nuestro. Por ejemplo, yo nunca entendí porque tiraron la antigua escuela de niños, que era un edificio bonito, para hacer un aparcamiento”.
El último alfarero fue Pascual Pérez Martín que aguantó hasta la década de los ´90 y a nuestro entrevistado, Santi, le hizo uno de sus conocidos pucheros “Me hizo este en el que pone Alcorcón, el del centro”.
Además Santi nos anunció que “Se va a instalar un monolito con la imagen de Santo Domingo Santo Dominguín en la rotonda cercana al campo del fútbol del Alcorcón. Ahí empieza el Prado de Santo Domingo y estaba la primera ermita que hicieron los riojanos que se instalaron en Alcorcón con un cuadro del Santo”.
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