Los padres de los dos menores fallecidos declararán este miércoles, 9 de noviembre. Investigan a cinco obreros por el mortal incendio de la Calle Oslo 45 de Alcorcón
La investigación para tratar de esclarecer qué fue lo que sucedió en el gran incendio que conmocionó a Alcorcón el pasado mes ya está en marcha. Este, hay que recordar, tuvo lugar en la tarde del pasado jueves, 6 de octubre, en torno a las 19:15, en el local que se encuentra en el bajo del Portal 3 de la Calle Oslo, 45. Y, a consecuencia del fuego, perecieron dos niños, de cinco años y nueve meses, y que vivían en el tercer piso de ese mismo portal.
El Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Alcorcón se ha hecho cargo del procedimiento en sus primeras fases. En ese sentido, se encuentra investigando a cinco personas por los hechos ocurridos aquella funesta tarde: cuatro obreros que estaban trabajando en el local que se quemó; y un quinto, el coordinador de seguridad de la obra.
Además, para este miércoles, 9 de noviembre, están llamados a declarar los padres de los niños que perdieron la vida. La madre, hay que recordar, quedó asimismo herida muy grave en un primer momento por la masiva inhalación de humo, entró en parada cardiorrespiratoria y fue trasladada a la Unidad de Grandes Quemados del Hospital de Getafe. Sin embargo, los sanitarios consiguieron salvar su vida.
Citados ante el juez
Los cinco investigados, por su parte, están citados a declarar para el próximo 18 de noviembre. Según varios vecinos contaron a alcorconhoy.com, los obreros salieron del establecimiento en cuanto este comenzó a arder (en principio, después de que las chispas de una radial con la que se encontraban trabajando saltasen sobre varios materiales tremendamente inflamables). Y, ante la imposibilidad de apagar las llamas (entre otros muchos fallos de seguridad, el local de obra carecía de extintor de incendios), decidieron huir a la carrera.
Además, los vecinos de tres portales de la urbanización –el 1, el 2 y el 3– tuvieron que ser desalojados a consecuencia del incendio, pues el humo penetró en sus viviendas por todos los recovecos posibles: desde enchufes a campanas de cocina, pasando por las juntas de las baldosas e incluso por las propias luces. Muchos de ellos tuvieron que ser atendidos por los servicios de emergencia, por inhalación de humo. Ninguno de los desalojados ha podido todavía regresar a su hogar.
Fotografía principal: Javier Rubiano
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