El fraile pereció en la mañana de este pasado miércoles, a los 90 años. Fallece el Padre Honorato, de la Iglesia San Pedro Bautista de Alcorcón
Otra dolorosa pérdida para la comunidad religiosa de Alcorcón. El Padre Honorato Ibáñez López, fraile de la Iglesia San Pedro Bautista, falleció este pasado miércoles, 20 de abril, a los 90 años de edad.
El fraile llevaba varios años de servicio en San Pedro Bautista. Allí, como refieren en la Diócesis de Getafe, siempre había puesto “mucho celo por anunciar el Evangelio y dar a conocer el carisma y la espiritualidad de San Francisco de Asís, destacando en el amor a la oración y a los pobres”. Esta iglesia de Alcorcón, no hay que olvidar, pertenece a la Fraternidad Franciscana.
El Padre Honorato había nacido el 12 de enero de 1932, en la pequeña localidad palenciana de Itero Seco, que actualmente apenas cuenta con 30 vecinos. Su familia tenía una fuerte vocación religiosa, y prueba de ella es que sus ocho hermanos también dedicaron su existencia a la iglesia. Así, cinco de ellos “tenían vocación a la vida religiosa”, mientras que tres fueron misioneros, como refieren en la Diócesis de Getafe.
Una vida dedicada a la Iglesia
También ejerció como misionero el propio Honorato, que estuvo quince años en Filipinas. Allí “se dedicó a difundir la Buena Nueva del amor de Cristo”, como también lo hizo luego en Toledo y en Madrid. Antes de llegar a San Pedro Bautista, ejerció como párroco en el Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo, así como en cinco ermitas de la ciudad castellano-manchega: el Santo Ángel, Santa María de la Cabeza, San Jerónimo, Nuestra Señora de la Bastida y Nuestra Señora de la Virgen del Valle.
La capilla ardiente por el Padre Honorato estuvo instalada este jueves, 21 de abril, en la propia Iglesia San Pedro Bautista, en la que había ejercido en sus últimos años de vida. Allí, además, tuvo lugar un emotivo funeral, que estuvo presidido por el Obispo Ginés Ramón García Beltrán, titular de la Diócesis de Getafe. Un organismo, por cierto, que describe al Padre Honorato. como un “hombre de acción y de profunda espiritualidad, que era muy querido por la comunidad parroquial y por sus hermanos franciscanos”. Que descanse en paz.