Cerca de 50 familias no saben cuándo podrán regresar a sus hogares. La difícil realidad de los vecinos de la Calle Oslo 45 de Alcorcón desalojados tras el incendio: “La situación es trágica”
El pasado domingo, 6 de noviembre, se cumplió un mes de aquel funesto incendio que se desató en el bajo de un local comercial en obras ubicado en el Portal 3 de la urbanización sita en el número 45 de la Calle Oslo. Un recinto de nueva construcción, cuyos vecinos no llevaban ni siquiera un año viviendo allí. Sin embargo, el densísimo humo, provocado por la combustión de un gran bloque de poliespán y de otros materiales inflamables (pegamento, combustible, pinturas…) que se encontraban en el establecimiento en llamas, se desató por la urbanización. Y la mala compartimentación de los bloques propició que la humareda penetrase en el resto de portales de la urbanización. Y lo hizo por todas partes: desde los enchufes a los halógenos de luz, pasando por las juntas de las paredes y hasta por los grifos.
Tres de los siete bloques de edificios que hay en el recinto tuvieron que ser desalojados de inmediato. Y sus habitantes todavía no han podido volver a sus casas, ni tampoco se espera que puedan hacerlo pronto. “Cada vez se alargan más los plazos. Ahora, parece que van a tener que estar casi un año fuera de sus casas. La situación es trágica”, cuenta a alcorconhoy.com Sandra, vecina del Portal 5 de la urbanización. Afortunadamente, el contratiempo no afectó masivamente a su bloque, por lo que ella puede seguir viviendo en su casa. No así los vecinos de los portales 1, 2 y 3, que son los más afectados y los que fueron evacuados. En el último, ya se sabe, vivía la familia que se llevó la peor parte del suceso: sus dos hijos pequeños, de cinco años y nueve meses, perecieron como consecuencia del incendio.
Las casas, sin suministros; las tuberías, rotas
También tuvo que ser desalojado Sergio, vecino del Portal 2. En el momento en el que se iniciaron las llamas, acababa de salir a pasear a su perra. Después, ya no pudo volver a su domicilio, que, como el resto de viviendas desalojadas, se encuentra en un estado de lo más calamitoso. “Las casas están muy mal. No hay suministros. Los desagües siguen sin repararse y los obreros están intentando restablecer la luz como pueden, para que las empresas de limpieza puedan entrar a trabajar en alguna casa. Pero todo está yendo muy lento, porque hay mucha burocracia y muchos peritos trabajando en esto, cada uno con sus propios intereses. Y cada semana nos dicen una cosa. Lo que más nos mata, es la incertidumbre de todo. No sabemos fechas, ni tenemos un guion de cómo va a seguir esto. Ni nos dan ningún tipo de solución”, explica Sergio a este diario digital.
Un punto de vista que comparte Sandra. “El estado de los edificios es lamentable. El otro día, que llovió, se inundó uno de los portales afectados, porque las tuberías están deshechas y entraba el agua por todas partes”, reseña esta vecina. “Parece que la gente se ha olvidado de esto muy rápido. Y, con todo lo que ha pasado, creo que las secuelas y consecuencias que ha dejado esta tragedia no son para que se olviden en unos días”, explica por su lado Rubén, que vive en el Portal 4. Él, como Sandra, sí que ha podido regresar a su casa con su familia: su pareja y su hijo pequeño. “Al principio nos daba miedo, por todo lo que pasó aquel día. Y no queríamos volver, a pesar de que las autoridades dieron el visto bueno. Pero dejamos pasar unos días y volvimos a entrar. Ha sido muy duro”, cuenta.
Miedo a los ‘okupas’
Desde el día siguiente del incendio, hay patrullas de Policía Municipal apostadas constantemente y durante las 24 horas en la puerta de la urbanización. “Cada vez que alguien entra o sale, les piden que se identifiquen. Y los vecinos también hemos contratado seguridad privada“, refiere Rubén. El motivo, en ese sentido, está claro. “Hay varias decenas de viviendas que están vacías. Y lo que faltaba ya era que entrasen a okupar alguna, que encima no están habitables“, prosigue.
Pero, ¿qué pasa con todas esas personas que, como Sergio, no han podido regresar a sus hogares? “Hay 50 familias que están en la calle. Muchas de ellas están viviendo en hoteles, o les han tenido que acoger amigos o familiares, porque nadie más les ayuda” cuenta Sandra. Varios de los vecinos afectados acudieron días después del incendio a urbanizaciones cercanas, buscando viviendas que estuvieran amuebladas y que pudieran alquilar durante el tiempo en que tuvieran que vivir fuera de sus casas. “Pero los particulares están muy reticentes. Sobre todo, por el hecho de que no saben durante cuánto tiempo exactamente van a vivir ahí de alquiler. Y son pocas las personas que les ayudan”, añade esta vecina.
Solidaridad vecinal
Ella, en cambio, está haciendo lo imposible por ayudar a los vecinos. Es más, sus padres tienen otro piso en propiedad, y Sandra se lo ha alquilado a una de estas familias que se han quedado sin casa. Además, en colaboración con AEPA, la Asociación de Empresarios y Profesionales de Alcorcón, esta vecina también se ha movilizado para echar una mano a sus convecinos a que pudieran encontrar casa. Encontraron la mano amiga de Trasteros3aguas, que cedió veinte trasteros de forma gratuita a los afectados por este grave incidente. Pero lo cierto es que pocas empresas más se han solidarizado con ellos.
“Hay un fondo de inversiones muy cerca de la urbanización, que han podido ayudarnos, pero no han querido. Al final, cuando suceden estas cosas, somos los ciudadanos de a pie son los que nos ayudamos. Los que tienen dinero son los que más pegas ponen para todo“, reflexiona Sandra. Desde el Ayuntamiento de Alcorcón, por su parte, tampoco han podido arreglar esta problemática. “El Ayuntamiento apenas nos ha dado soluciones. Al principio, se reunieron con nosotros e hicieron amago de que iban a ayudarnos. Nos propusieron entrar en algunas de las viviendas del Plan Permuta, pero estaban en mal estado. Y poco más”, afirma Sergio, en ese sentido.
Incertidumbre total
La pasada semana, Natalia de Andrés, la alcaldesa de Alcorcón, habló al respecto de este asunto en rueda de prensa. “La Concejalía de Servicios Sociales sigue en contacto con los vecinos. Todo está bastante organizado ya. Espero que puedan empezar inmediatamente las obras para la recuperación de estos espacios, y que duren lo menos posible, para que los vecinos puedan volver a la normalidad. Por nuestra parte, queremos facilitar toda esa situación y estamos a la disposición de estos vecinos“, refirió la primera edil.
El Consistorio, por cierto, se ha personado en la causa judicial abierta al respecto del incendio. De momento, el Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Alcorcón está investigando a cinco personas por su implicación en el suceso: cuatro obreros que se encontraban trabajando en el local que se quemó y el jefe de seguridad de la obra. Por su parte, desde la comunidad de propietarios de la Calle Oslo 45 se está trabajando para interponer una demanda colectiva al respecto del asunto, mientras que los vecinos de los tres portales desalojados siguen en una pausa que parece interminable. Y todavía les quedan varios meses para, al menos, poder pensar en retomar cierta normalidad.
Fotografía principal: Álex Jiménez
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