Nueva columna semanal sobre el cambio de año y lo que eso significa. Apuntes desde Alcorcón: Seguimos aquí
Segundo día señalado de la Navidad que coincide con mi columna. Parece que nos hemos puesto de acuerdo el calendario y yo. El próximo sábado es día 7. Podréis tener el día de Reyes en paz.
No quería escribir sobre Nochevieja. Qué contaros que no sepáis ya. Quería hablaros de otras cosas. Pero cómo no voy a escribir sobre Nochevieja si da la casualidad de que esto sale el 31. No me gusta demasiado la Nochevieja por lo que decía Enrique Ballester sobre las vacaciones. Resulta que el mejor día de las vacaciones es el día anterior a empezarlas: te ilusionas, sabes que al día siguiente no madrugas, planeas mil cosas… Cuando finalmente llegan las vacaciones nunca son tan buenas como imaginamos. Ni las vacaciones ni nada del mundo superan la imagen que creamos en nuestra mente. Nochevieja me parece el paradigma de todo esto. El mejor ejemplo. Lo mejor de las campanadas siempre son los cuartos.
No comparto del todo la mística que rodea a Nochevieja. No termino de comprar que la vida se resetee el 1 de enero ni lo de año nuevo, vida nueva. Es curioso, porque en realidad soy una persona muy supersticiosa y dado a la cábala, como dicen en Argentina. Mi alarma tiene que sonar a una hora múltiplo de cinco. Soy muy de tradiciones y de rituales creados e instalados por mí y para mí. Muy perpetuo tanto en la forma como en el fondo. Inamovible.
Pero hasta lo más inamovible del mundo necesita una novedad de vez en cuando. Es muy llamativa la profesionalidad de los guardias del palacio de Buckingham y muy graciosos los intentos de romperla de los turistas. Pero el momento preferido de todos ellos es el cambio de guardia. El entusiasmo dura unos instantes, los mismos que el aplauso final o el vídeo que se sube a Instagram. Pero luego, a otra cosa, mariposa. Todo sigue, nada cambia. Eso sí, el viento ha soplado desde otra dirección un ratito. Ha salido el sol en Londres por unos instantes. Quizá el viento haya despeinado a alguien y la luz solar ha provocado que alguno se ponga las gafas de sol. Todo igual, pero al 99%.
Creo que eso es Nochevieja. El año nuevo es ventilar la habitación por la mañana. Es comprarte una camiseta blanca nueva porque la que usabas ya está para pijama y gracias. Es peinarse diferente, cambiar de gafas. O empezar a usarlas. Nochevieja es quitarle el plástico protector de pantalla al móvil. Cambiarle el fondo de pantalla, de paso. Es comprarse unos auriculares nuevos. Pasar del FIFA 22 al FIFA 23. Nochevieja es comprarte una pulsera. Poco peso en nuestra vida, pero son novedades. Pruebas de que seguimos aquí, que seguimos haciendo cosas. Que siga sucediendo todo esto es buena señal, supongo.
Todos los 31 de diciembre comparto el mismo vídeo en Twitter. Si vais a mi cuenta lo podréis ver hoy mismo. Trata sobre el poco sentido que tiene celebrar el cambio de año. Es un buen epílogo de esta columna. ¿Y qué sentido tiene que lo comparta todos los 31 de diciembre? Ninguno. O alguno, yo qué sé. Pero siempre lo hago. Eso es Nochevieja. Feliz año nuevo.
AV
Alberto Viña es escritor y vecino de Alcorcón. De hecho, su primer libro “Relatos de taller“, está realizado en colaboración con alumnos y alumnas del ‘Curso de Escritura Creativa’ del Centro Cívico Cultural Cooperante Margarita Burón. Este se puede encontrar en la siguiente página web, o en el mismo centro.
*Queda terminantemente prohibido el uso o distribución sin previo consentimiento del texto o de las imágenes que aparecen en este artículo.
Si tienes una empresa y quieres anunciarte en alcorconhoy.com, pulsa aquí para saber cómo puedes hacerlo.
Suscríbete al podcast de actualidad de alcorconhoy.com en iVoox o Spotify.
Sigue a alcorconhoy.com en Twitter, Instagram y Facebook.
Sigue toda la actualidad de Alcorcón en alcorconhoy.com