Alcorcón fue testigo de una era dorada para los circos en la década de los años 70. En aquellos tiempos, una tarde de circo cuando Alcorcón era un pueblo. Los circos eran mucho más que simples espectáculos; eran un acontecimiento cultural y social que atraía a personas de todas las edades.
Los circos que visitaban Alcorcón en los años 70 se caracterizaban por su colorido y su capacidad para transportar a los espectadores a un mundo de fantasía y asombro. Las grandes carpas a rayas rojas y blancas se alzaban como castillos efímeros, llenando de vida varias zona de la ciudad como eran la plaza de San Pedro Bautista, el parque del Caura, Los Cantos como vemos en la imagen de hoy, o en recinto ferial donde se instalan en la actualidad.
Una de las características más notables de estos circos era la variedad de actos que presentaban. Los acróbatas desafiaban la gravedad con sus saltos y equilibrios, mientras que los magos y sus asistentes realizaban actos de ilusionismo que dejaban al público preguntándose cómo era posible.
Los animales también jugaban un papel importante en estos espectáculos. Elefantes, leones y caballos eran entrenados para realizar trucos y acrobacias, aunque en retrospectiva, esto plantea preguntas sobre el bienestar y los derechos de los animales en el entretenimiento.
Otra figura entrañable, los payasos personificaban la alegría y la inocencia de una era menos digital y más centrada en el entretenimiento presencial. Vestidos con trajes coloridos y extravagantes, maquillaje exagerado y pelucas de colores llamativos, estos artistas eran maestros en el arte de la comedia física y la pantomima. Sus actos a menudo incluían bromas clásicas, trucos cómicos y situaciones absurdas que provocaban la risa de grandes y pequeños. Más que simples bufones, los payasos del circo en los años 70 eran vistos como artistas versátiles, capaces de conmover, entretener y conectar con el público de una manera muy especial, representando una mezcla única de humor, ternura y humanidad.
Me acuerdo en una ocasión, visitar con mis padres y primos el Circo Atlas, de los santanderinos Hermanos Tonetti (José y Manolo Villa, conocidos como Pepe y Nolo Tonetti), sin duda eran uno de los mejores payasos de España junto a los payasos de la tele (familia Aragón). Fue una tarde que recuerdo con mucho cariño, la verdad es que no paramos de reír, siempre es un buen momento de mirar la vida con optimismo y los payasos son los mejores embajadores de la sonrisa. Siempre en mi corazón Los Hermanos Tonetti.
Fotografía principal de Pedro Rodríguez del Mazo.
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