Una pareja argentina destaca en el mundo de la repostería. La tarta «red velvet» que causa sensación en Alcorcón
Alcorcón está siendo testigo de una auténtica revolución en el mundo de la repostería gracias a una pareja de argentinos que ha transformado su pasión por los postres en un próspero negocio llamado «La Tartina,» que ofrece tartas artesanales de alta calidad y las lleva directamente a la puerta de sus clientes. Lorena Ambrosius, oriunda de Buenos Aires, y su esposo Roland Bloomfield, se han convertido en los creadores de una auténtica «red velvet» que está conquistando paladares en Alcorcón y más allá.
Todo comenzó como un juego de la infancia para Lorena, quien pasaba horas en la cocina junto a su abuela danesa, Sönja, aprendiendo las recetas de las deliciosas tartas que más tarde se convertirían en la columna vertebral de su negocio. Su abuela le enseñó a preparar la famosa «red velvet,» una tarta que se ha convertido en la estrella del repertorio de La Tartina. Este postre, esponjoso, suave y visualmente muy atractivo, representa aproximadamente el 45% de las ventas totales de la tienda.
La travesía de Lorena y Roland desde Buenos Aires a Madrid en 2001 marcó el comienzo de su aventura en el mundo de la repostería. Lorena siempre fue conocida por llevar sus exquisitos postres a eventos con amigos, en particular su brownie de chocolate, que recibía elogios constantes. La insistencia de amigos y conocidos finalmente llevó a la idea de comercializar sus creaciones.
«Nos mudamos a España prácticamente con las manos vacías desde Argentina, y Lorena sentía un gran respeto por la profesión de la repostería», afirma Roland. Mientras se formaba en hostelería, Lorena trabajó como entrenadora personal para mantener a su familia.
Lorena continuó su formación en escuelas de repostería de renombre, como Le Cordon Bleu, Le Moulin Chocolat y el Basque Culinary Center. En 2006, estableció su propio obrador en Las Rozas, donde comenzó a suministrar exclusivamente a restaurantes. Más tarde, se trasladaron a Alcorcón y expandieron su negocio, centrándose en la elaboración artesanal de tartas sin conservantes ni colorantes, lo que les ha valido reseñas de cinco estrellas de sus clientes en Google.
La pandemia les obligó a reinventarse
Sin embargo, la pandemia lo cambió todo. En 2019, cuando La Tartina aún se enfocaba principalmente en atender la demanda de restaurantes con alrededor de 1,400 tartas al mes, sus ventas se desplomaron. Fue en ese momento cuando Roland Bloomfield tomó la decisión de dejar su trabajo en una multinacional y unirse al negocio familiar.
Transformaron La Tartina en una tienda de tartas online, certificada con el sello de calidad, que ahora atiende directamente a los clientes. Además, profesionalizaron el obrador y se asociaron con una empresa de marketing especializada, Bluecell, para llevar su tarta estrella, la «red velvet», y otras delicias directamente a las puertas de los clientes. Actualmente, el 80% de sus ventas se realizan en línea, y solo el 20% se destinan a restaurantes locales, como el Café del Rey.
Sus buenas cifras de ventas
La Tartina entrega alrededor de 200 tartas a la semana en toda la región de Madrid, incluyendo Alcorcón, Getafe y Leganés. Los precios de sus tartas varían entre los 32,50 y 47,50 euros, dependiendo del tamaño. Lo que comenzó como un juego infantil se ha convertido en un negocio exitoso que trae delicias de la cocina argentina a los paladares de Madrid.
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