El club alfarero luchará hasta el final por mantenerse en la categoría de plata del fútbol español una temporada más. Creer en este Alcorcón
* Texto adaptado del decimotercer número del periódico impreso de alcorconhoy.com, correspondiente a febrero de 2024. Para leer el periódico completo, puedes hacerlo haciendo clic aquí.
No será fácil, pero la Agrupación Deportiva Alcorcón va a pelear hasta el final por quedarse en el fútbol profesional. Pese a su errático inicio de temporada, la realidad es que los casi tres meses –cómo pasa el tiempo– que se han cumplido ya desde que Mehdi Nafti cogió las riendas del equipo le han cambiado la cara al conjunto alfarero. Ahora, el equipo pelea, compite y lucha hasta el final. Hablando en plata: ahora, el Alcor ha vuelto a ser el Alcor.
Y eso que el trabajo que Fran Fernández había hecho aquí en los últimos dos años había sido magnífico. El almeriense regresó a Alcorcón en noviembre de 2021, cuando, seamos realistas, nadie quería coger a un equipo que, por entonces, deambulaba inerte por la Segunda División tras el ignominioso despido de Juan Antonio Anquela y el fallido experimento de Jorge Romero. Entonces, Fran, que dos años antes había sido muy feliz aquí, volvió a Santo Domingo. Salvar al equipo era una quimera, pero sí que se podían empezar a armar los cimientos para volver cuanto antes a Segunda.
Dicho y hecho. Ese verano, Fran se quedó… y, un año después, el Alcor regresó a la categoría de Plata. Y lo más importante: se reconcilió con su afición, con esos valientes que siempre apoyan hasta el final. Hasta el último minuto del último partido. Pero el retorno no fue sencillo, y, este pasado diciembre, con el equipo en la UCI, Nafti relevó a Fran para intentar no caer de nuevo. Y en esas está el bueno de Mehdi, que ha montado un bloque compacto, aguerrido y peleón, que luchará hasta el fin por salvarse.
Un equipo que, por su forma de luchar y resistir, a un servidor le recuerda y mucho a ese Alcorcón de la segunda etapa de Anquela, que logró aquella heroica permanencia hace tres años. Igual que Nafti ahora, ‘Anquelotti’ también llegó a un Alcor que estaba hundido, muy lejos de la salvación y que no daba muestras de reacción. Pero Anquela convenció a sus chavales –como él les llamaba– de que la premisa era muy posible, aunque habría que remar muy duro. Sus chicos le creyeron… y, sufrimiento mediante (mucho), la consiguieron.
Aquel año, cómo no, la afición alfarera estuvo con el equipo hasta el final. Cómo olvidar la previa del último partido de Liga ante el Espanyol, aún en ese tiempo no tan lejano de mascarillas, Covid-19 y sin público en los campos. Ese día, cientos de seguidores se agolparon en las inmediaciones de Santo Domingo, tiñeron Alcorcón de amarillo y azul y fueron la gasolina que necesitaron Anquela y los suyos para obrar el milagro. El mismo carburante queles están brindando ahora a Nafti y a sus chicos. Y no solo en casa. En Albacete, cientos de bufandas amarillas poblaron las gradas del Carlos Belmonte. Y la pasada semana, en el derbi ante el Leganés, fueron más de medio millar.
Porque así es la afición del Alcorcón: fiel en la victoria, pero, especialmente, en las no tan buenas. De aquel equipo de Anquela, por cierto, solo quedan Juanma Bravo y ese porterazo que es Jesús Ruiz. Algún día, ojalá, los dos podrán contar a sus nietos que vivieron dos permanencias agónicas en Alcorcón. Crucemos los dedos.
*Queda terminantemente prohibido el uso o distribución sin previo consentimiento del texto o las imágenes propias de este artículo.
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