Apuntes desde Alcorcón: Revancha

Nueva columna semanal sobre el sufrimiento y la posterior recompensa tras una mala racha. Apuntes desde Alcorcón: Revancha

El momento en el que escribo esto hace apenas cuarenta horas mi equipo de fútbol ganó un título europeo. Me vais a permitir que hable sobre esto en la columna de esta semana. Aún tengo en la retina incluso las jugadas que no llegaron a ninguna parte.

De sufrir por culpa del fútbol sabemos unas cuantas cosas en Alcorcón. Hace varios años nos quedamos a solo un gol de ascender a primera división. Esta temporada hemos perdido la oportunidad de ascender de manera directa de una forma profundamente injusta. Y aunque el cliché de que el fútbol no entiende de justicia es tan desgarrador como cierto (los clichés son clichés porque dicen la verdad), creo que todos sabemos que tarde o temprano tendremos otra oportunidad de redención. Se hará justicia más pronto que tarde. Tendremos nuestra revancha.

Este año, mi equipo ha podido descender perfectamente. Ha sido una de las temporadas que menos he disfrutado. En la que el sufrimiento mutó en desinterés y en insensibilidad al dolor como mecanismo de autodefensa. Al final, mi equipo ha podido salvarse holgadamente, con tranquilidad e incluso chulería. Ya mejorado con creces y ha coronado el ascenso con la medalla dorada cosida a la piel. Otro cliché del fútbol es que no da tiempo a lamentarse de nada porque dentro de siete días hay otro partido que competir. Agarrarse a eso es lo que nos salva. A jugadores y aficionados.

Suele tardar un poco más de una semana, pero la vida siempre te otorga la posibilidad de revancha. Hubo quien celebró tu muerte y será el mismo que temerá tu resurrección. La vida se presenta ante ti como un mar algo embravecido. Con olas de media altura que te atizan cada diez segundos. No las saltaremos todas. Algunas (muchas) nos tumbarán sin siquiera mirarnos ni saber nuestro nombre. Pero allí en el horizonte puedes atisbar otra ola que se construye y que se dirige hacia ti.

Incluso a veces la ola puede deshacerse ante ti. Ni siquiera es una revancha. Es un respiro que te da del mar. Ocurren cosas malas. Malísimas. Descendemos y perdemos algunas finales. Pero ascenderemos y ganaremos otras. Dios aprieta pero no ahoga. El refranero español se ha vuelto el mayor cliché que existe por un motivo: es absurdamente cierto.

AV

Alberto Viña es escritor y vecino de Alcorcón. De hecho, su primer libro «Relatos de taller», está realizado en colaboración con alumnos y alumnas del ‘Curso de Escritura Creativa’ del Centro Cívico Cultural Cooperante Margarita Burón. Este se puede encontrar en la siguiente página web, o en el mismo centro.

*Queda terminantemente prohibido el uso o distribución sin previo consentimiento del texto o de las imágenes que aparecen en este artículo.

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