La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón

La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón
La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón

Así era la Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón. En una pequeña casa situada al final de la calle Mayor, en la urbanización Parque Mayor, un niño de 8 años mira por la ventana, con los ojos llenos de estrellas y un corazón rebosante de esperanza. Es Nochebuena, una noche mágica para muchos niños en el mundo, donde los regalos aparecen bajo el árbol. Sin embargo, para él, esta noche tiene un significado diferente.

En la cultura familiar de este pequeño alfarero, los regalos no llegan con Santa Claus en Nochebuena, sino con los Reyes Magos en la noche del 5 de enero. Mientras sus amigos comparten historias de los regalos recibidos de Santa, él espera con paciencia y emoción la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar.

«Recuerdo mirar por la ventana, viendo a mis vecinos jugar con sus nuevos juguetes», dice ahora, cuarenta y cinco años después. «Aunque sentía un poco de envidia, también había algo especial en mantener nuestra tradición. Me sentía parte de algo antiguo y hermoso».

La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón
La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón

La espera era una mezcla de emociones: la ansiedad por no recibir nada en Nochebuena y la anticipación por lo que traerían los Reyes. «Era una lección de paciencia y comprensión de nuestras raíces», explica. «Mis padres siempre nos decían que la magia de los Reyes Magos era única y que valía la pena esperar».

Esa espera se convertía en una oportunidad para disfrutar de otras tradiciones de Nochebuena. La familia se reunía alrededor de la mesa para cenar las patatas con huevos fritos de su madre, compartiendo historias y risas. «Esos momentos en familia son ahora mis recuerdos más preciados», afirma con nostalgia.

La llegada de la mañana del 6 de enero era el clímax de esta larga espera. «La emoción de levantarse y encontrar los regalos bajo el árbol era indescriptible. Los Reyes Magos nunca nos decepcionaban». Los juguetes, los libros y los dulces eran más que regalos; eran símbolos de amor, de tradición y de magia.

La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón
Fotografía de Julio López Saguar. La Ilusión de un Niño en Nochebuena: Recuerdos de 1978 en Alcorcón

Este relato no es solo la historia de un niño y su Nochebuena sin Santa Claus. Es un reflejo de la rica diversidad cultural de nuestro país y de cómo las tradiciones familiares forman parte integral de nuestra identidad. En una época donde lo instantáneo domina, la historia de este niño nos recuerda el valor de la espera, la importancia de nuestras raíces y el verdadero significado de la celebración.

Hoy, ese niño, ya adulto, sigue transmitiendo la misma tradición a sus hijos. «Espero que ellos también aprendan a apreciar estos momentos y entiendan que la felicidad no siempre está en la inmediatez, sino a veces, en la dulce espera», concluye con una sonrisa que revela un corazón aún lleno de esa mágica ilusión de la infancia. En mi casa ahora si llega Papá Noel.

Feliz Navidad a todos.

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