La historia del municipio pierde un activo muy importante. Fallece Miguel Ortega, uno de los últimos alfareros de Alcorcón
En Navidad también hay malas noticias, y esta en concreto afecta directamente a la historia de Alcorcón. El fallecimiento de Miguel Ortega se notificó durante el día de ayer, y es que este alfarero ilustre no era un vecino cualquiera. Uno de los últimos alfareros del municipio, con una tradición familiar de generación en generación, nos ha dejado.
Su alfar se encontraba en la parte de atrás del Mercado de Colón, y su influencia en la historia de Alcorcón es innegociable. Él, como tantos otros en su generación ascendente, llenó el municipio con su alfarería, que era de las más importantes de la época. Con otros familiares como Cayetano, que también practicaron este arte antes que él, la ciudad se convirtió en uno de los epicentros de España.
Alcorcón siempre fue y será ciudad de alfarería
Si Alcorcón destaca por muchas cosas, una de ellas es la alfarería. Sello de identidad del municipio, la localidad diversificó su producción de cerámica en el siglo XIX, cuando los alfareros crearon piezas más decorativas y artísticas. No conocíamos del todo la ubicación de los alfares, no al menos de forma concreta, pero estaban situados en las calles Colón y Alfares.
Nuestra ciudad siempre fue, pero también será, ya en el futuro lejano, una ciudad de alfarería pura. De generación en generación, desde el siglo XVI, la localidad cubrió las necesidades en este sentido de toda la región durante muchos cientos de años después. La pérdida de Miguel Ortega es un síntoma de que la vida pasa, pero la historia, pase lo que pase, siempre prevalecerá. Descanse en paz.
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