Desde mi Colmena en Alcorcón: el viaje de Atreya

Desde mi Colmena en Alcorcón: el viaje de Atreya

Hoy convierto la columna en una pequeña narración basada en hechos reales sucedidos en abril de 2023 y os invito a una reflexión sobre la virtud terapéutica de la escritura. Desde mi Colmena en Alcorcón: el viaje de Atreya

Atreya inspiró profundamente. Calculó el momento exacto para dar el salto. Sus poderosas piernas eran capaces de sostenerla sobre el vagón en marcha. Capaces de eso…, y de mucho más.

Porque Atreya acababa de finiquitar su última misión y no tenía más opción que saltar al tren que en cuestión de minutos se cruzaría con el suyo, convertido éste en la grupa de una bestia cuyo vientre albergaba la última víctima de la más eficiente espía de la CIA.

El tren se aproximaba. Durante la cuenta atrás, midió con milimétrica precisión la velocidad que reducía la distancia entre ambos vehículos, propiciando en su prodigioso cerebro las fórmulas necesarias para cuadrar a la décima el momento seguro. Porque así ella: segura. Segura hasta la euforia…

“Próxima parada, Atocha”

Vaya por Dios, el altavoz de mi tren me obliga a guardar apresuradamente el bolígrafo, las gafas, el cuaderno… Mis manos se convierten en un amasijo de dedos fríos, torpemente nerviosos; sé que algo tendré que recoger del suelo.

Tal como subí al vagón hace veinte minutos en la estación de San José de Valderas, vuelvo a bajar: arrastrando torpemente por los escalones un trolley que se descompensa como un pim-pam-pum, golpeando mis piernas y las de otros viajeros:

“Perdón…, lo siento…” Lo agarro por el asa con ambas manos como si lidiara con un rotweiller de cincuenta kilos, aunque el trolley no llega a pesar ni diez.

Mientras recorro el andén de Atocha recuerdo que he olvidado los pendientes. Menúda tontería…

Pero esta trivial preocupación deriva en una espiral de oscuros presentimientos que empiezan a verter la angustia como un veneno por todo mi cuerpo, de pies a cabeza. Un torrente de pánico me devora desde el estómago arrastrándome a un abismo infinito que me provoca vértigo y náuseas:

¿Se apañarán bien los niños? ¿Se acordará Raúl de sacar al perro? ¿Y si se corta haciendo los zumos? Joder, olvidé insistir en que, por más que se empeñe su hermana en que la deje irse sola al cole, que la acompañe y vigile hasta la última puerta…”.

Mi pensamiento invoca a Atreya:

Atreya va a saltar de un tren en marcha a otro y yo voy a tomar el AVE a Sevilla, viajando sola por primera vez en mi vida. “Vamos, Patri, ya es hora, ya es hora… Ya son mayores, ya te toca volver a la acción…”. Resuenan en mi cabeza las voces de tanta gente animándome en mi aventura. “¡Pero esto es nuevo!” clama otra voz.

Pero para Atreya no sería nada. Porque Atreya salta con decisión y arrojo, sin necesidad de pedirse valor.

Ya acomodada en el AVE, tras un amago de infarto por haber estado a punto de meterme en otro tren y llegar por los pelos al correcto… estoy sentada frente a una mesa abriendo de nuevo mi cuaderno, sujeta a este pequeño salvavidas que es un bolígrafo.

El tren arranca.

En cuestión de horas mi familia, mi vida en Alcorcón, lo que ha compuesto todo mi mundo en la última década estará a más de seiscientos kilómetros de distancia (he de llegar a Huelva).

“Sólo serán tres días…”, me digo. Respiro hondo y me repito todos los mantras que se me ocurren para contener las ganas de traer de vuelta el poco desayuno que he podido ingerir. Cierro los ojos y ante mí reaparece la mirada de desconcierto de Happy al cerrar la puerta.

“Te cuidarán bien”, le dije. De los perros, cuentan los adiestradores, hay que despedirse rápido y sin dramas. Después, poco a poco, ya irás tragándote el corazón otra vez, mascando la pena de camino a donde tengas que llegar.

Sigo escribiendo:

Atreya no tenía hijos, ni humanos ni caninos.

Yo soy más valiente que ella. 

Patricia Vallecillo es escritora y vecina de Alcorcón. Sus últimos libros, El maestro griego y Vidya Castrexa, pertenecientes a la trilogía Las abejas de Malia, así como el cuento infantil Letras para una brujapueden adquirirse en cualquiera de las librerías que se detallan en el siguiente link de acceso a su web: “Las abejas de Malia”, así como en Amazon.

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