Nueva columna semanal que nos invita a ver con otros ojos a una antigua divinidad que nos ha acompañado cada mes de nuestras vidas en todas las eras de la humanidad. Desde mi Colmena en Alcorcón: El próximo tres de julio… es nuestra. O nosotros suyos
Mi blanca guardiana de desvelos me dedica una vez más su gesto burlón. Hay entre sus cráteres dibujada una mirada ambigua que tan pronto se muestra maternal como malévola o, por lo menos, salpicada de sátira.
Su sonrisa de ancestral diosa pagana es inmutable. Sólo el humor que acompaña a mis tesituras varía la forma de sus cuencas. ¿O será al revés…?, quién sabe.
Esta noche voy a atraparte, Luna esquiva, coqueta dama que pretende fingir timidez. Esta noche mi tinta y un pincel robarán, rayo a rayo, destello a destello, tu luminiscente áurea hasta encerrar en mi imperfecto orbe un burdo fragmento de tu eternidad.
No seas huraña, no te finjas modosa; vieja compañera de mi planeta, primigenia luz clandestina de mis bosques, de mis desiertos, ríos y mares, a los que yo también pertenezco y me debo.
Indiscreta recolectora de aullidos, suspiros y espía de besos a lo largo de miles de años; silenciosa acompañante del errante bohemio o del despechado enamorado que no apreciaron tus brillos en las aristas de las calles húmedas, mientras caminaban dando tumbos.
No rehuyas este retrato, no me llames insolente por saltarme el protocolo de las antiguas reliquias, por declinar el culto artístico a los dioses antropomorfos, por aprovecharme de la noche que te ha apresado frente a mi balcón. Desnúdate sin pudor apartando las entintadas nubes, envidiosas sombras efímeras; y sonríeme como quieras, pero sonríeme: con maldad, con burla, con ternura…, que yo pintaré tu rostro tal como se refleja en mi alma.
Solitaria caminante nocturna que juega a arrastrar su reflejo sobre el mar como la niña que se probaba un vestido de novia para divertirse.
Protectora madrina de los animalillos que se retiran a sus madrigueras, nidos y cuevas para dormirse con la caricia de tu luz plateada sobre su pelaje.
Madrina y musa de lobos y poetas, esta noche eres mía. Y yo tuya.
Patricia Vallecillo es escritora y vecina de Alcorcón. Sus últimos libros, El maestro griego y Vidya Castrexa, pertenecientes a la trilogía Las abejas de Malia, así como el cuento infantil Letras para una bruja, pueden adquirirse en cualquiera de las librerías que se detallan en el siguiente link de acceso a su web: “Las abejas de Malia”, así como en Amazon.
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