Todos queremos lo mejor para los nuestros. Cuando el que cuida también necesita apoyo: la historia de María y cómo Qida cambió su día a día
En Madrid, cada vez son más las familias que se enfrentan al reto del deterioro cognitivo en sus seres queridos. Este fenómeno afecta aproximadamente al 20% de las personas mayores de 65 años y su incidencia aumenta con la edad. Los primeros signos pueden parecer sutiles: olvidos frecuentes, desorientación temporal o dificultades para tomar decisiones; pero detrás de estos indicios puede esconderse un proceso más complejo que requiere atención y acompañamiento especializado como Qida, empresa de cuidados a domicilio en Madrid con oficina ubicada en Tetuán.
“Empezamos a notar que algo no iba bien”: la historia de María
Así comenzaba la historia de María, de 44 años, hija de una persona diagnosticada con Alzheimer, quien recuerda con claridad el momento en que supo que algo había cambiado: “Empezamos a notar que hacía repeticiones de cosas o que incluso no era capaz de hacer la lista de la compra”. Como muchas otras familias, María empezó a visitarla más a menudo, pero se dio cuenta de que no era suficiente. Tras experimentar miedo e incertidumbre, la llevó a buscar ayuda.
Pedir ayuda, el primer paso hacia una mejora real
Fue entonces cuando María acudió a la oficina de Qida, empresa especializada en el cuidado domiciliario de personas en situación de dependencia. Allí conoció a Helena Vilaclara, educadora social y Referente Social en Qida, quien desarrolló un plan de trabajo individual para los cuidados de su madre, Carmen: “Lo primero es escuchar a la familia y a la persona a cuidar y entender sus necesidades. Analizar la situación para entender cómo podemos mejorar la calidad de vida de la persona es fundamental. En este plan, extrajimos principalmente dos necesidades: por un lado, el acompañamiento y, por otro lado, la atención a todas las necesidades básicas en su vida diaria. Con esto, también le ayudamos a determinar el volumen de horas necesarias de cuidado”.
A partir de ahí, la relación con la Referente Social se fue consolidando. “La relación tanto con la familia como con la persona usuaria va creciendo poco a poco. Ahora mismo la relación que tengo con ellas es una relación cercana, con mucha sinceridad, con transparencia y, sobre todo, con la intención de poder ayudar tanto a Carmen como a María”, explica Helena Vilaclara.
Un cuidado que va más allá
En el corazón de ese plan se encuentra Ana, la cuidadora profesional que acompaña diariamente a la madre de María y que, sin duda, se ha convertido en una figura clave en esta historia de cuidados. Para ella, el secreto está en el vínculo: “Lo más importante es hacer todo lo que a ella le haga sentirse activa y feliz. No solo es cuidarla, es ir un paso más allá”. Además, añade que “cuidar a las personas mayores, vulnerables, me hace sentir que aporto en esta sociedad”.
El impacto del vínculo es evidente también para María: “Ella siempre me dice: ‘Mamá siéntate aquí’ y acto seguido llama a Ana para que también se siente a su lado. Hasta que no se sienta, no se siente tranquila. Y yo, contenta. Como familiar, tener un respaldo detrás no tiene precio”.
A quien comience este camino: “Pide ayuda”
Hoy, María siente que no está sola. Y ese es precisamente su mensaje para otras personas que se enfrentan al inicio de una demencia en un ser querido: “A una familia que empieza, tendría muchas cosas que decirle… sobre todo que pidan ayuda. Las ayudas vienen por cuidadores. Entonces es cuestión de plantearte: ¿qué cosa buena quiero para los míos? Y la cosa buena es que los cuiden bien. El beneficio es absoluto”.
El acompañamiento de Qida no se limita a la persona usuaria, sino que se extiende al entorno familiar. Así lo expresa María: “La atención es excepcional, porque nos ayudan en todo. Siempre te contactan proactivamente para preguntarte cómo estáis y cómo va todo. El acompañamiento me ha sorprendido. Helena sabe escuchar y va más allá”. En sus palabras, Marina expresa que “recomendaría a Qida porque no solo me han entendido, sino que han actuado. Y eso es lo que más agradezco. Además, veo a mi madre con otra actitud, con ilusión, y esto para mi lo es todo”.
Desde su experiencia como Referente Social, Helena señala: “Estamos acostumbrados en este mundo frenético a intentar asistir nosotros mismos estas situaciones cuando no somos profesionales. Tenemos que ser conscientes que somos al final familiares que queremos a nuestra madre o padre. Pedir ayuda mejora la calidad de la relación y también te da tranquilidad. Es poder cuidarte para poder cuidar. Por ello, animo a cualquier familia que visite www.qida.es y se ponga en contacto con nosotros para que les podamos ayudar”.
*Queda terminantemente prohibido el uso o distribución sin previo consentimiento del texto o las imágenes propias de este artículo.
Sigue al minuto todas las noticias de Alcorcón. Suscríbete gratis al
Canal de Telegram
Canal de Whatsapp
Sigue toda la actualidad de Alcorcón en alcorconhoy.com