Se trataba de un lugar emblemático del municipio, con 40 años de historia. Cierra la clásica Cafetería Sanmar de Alcorcón
La cafetería y panadería Sanmar de Alcorcón, cuya sede se encontraba en la Plaza del Nuncio, 3, en pleno centro de la ciudad, ha cerrado sus puertas. Se trataba de un clásico punto de encuentro en el municipio, además de ser una boutique del pan artesanal.
Han pasado ya muchos años desde que dos hermanos fundaron la panadería-cafetería Sanmar. Un negocio que arrancó como pionero en el municipio madrileño de Alcorcón, alrededor de la década de los ochenta, debido a sus deliciosas recetas.
Rápido se convirtió en una pastelería referente para el resto de negocios alcorconeros. Contaba con una buena clientela, y una importantísima reputación, aunque, con el paso de los años, las crisis, y el surgimiento y alzamiento de las grandes cadenas y superficies que ofrecen ese servicio, su actividad fue menguando.
Por todo ello, son muchos los vecinos que ya lamentan su cierre, y ven con tristeza en su local el cartel de la inmobiliaria para venderlo. Otro pequeño negocio más que se ve obligado a cerrar debido a la falta de ingresos.
Leyenda de Alcorcón
Hace cerca de cuarenta años, dos hermanos decidieron arrancar este local. Desde el principio conectaron con su clientela debido a un excelente trato y a unos productos baratos y de calidad.
Eran muchos los vecinos de Alcorcón que, durante muchos años, bajaban a desayunar y a tomar el café a este local. O bien a su establecimiento ‘hermano’, que abrió poco después en la Calle Mayor y que contaba con una mayor afluencia en el Alcorcón antiguo. Eran dos locales muy conocidos y con prestigio en el municipio del sur de Madrid.
Más tarde, se produjo una separación entre los dos fundadores. Con el paso de los años fueron sus hijas las encargadas de seguir manteniendo este ilustre local, ya de tradición familiar.
También cierra Picolato de Parque Lisboa
Paralelamente al cierre de Sanmar, otro reconocido negocio de Alcorcón también cierra sus puertas. Se trata de Picolato, ubicado frente al Colegio Amor de Dios y seguro recordado por muchos por sus increíbles palmeras de chocolate.
Picolato aportaba calidad alimenticia al barrio de Parque Lisboa, a la par que ese gusto en el paladar que deja para muchos clasistas un buen chocolate artesanal para sus recetas. Por suerte, su otro local, en el bario de Fuente Cisneros, permanecerá abierto, por lo que a los dulces (y las palmeritas) de Picolato todavía les queda cuerda para rato.
Los pequeños negocios son historia
Por desgracia, el cierre de estos negocios antiguos, de tradición y pequeños, no serán los primeros ni los últimos que tendremos que lamentar en un corto período de tiempo. Las crisis económicas han hecho que se instauren en los barrios negocios de grandes multinacionales, y se lleven toda la clientela que históricamente tenían los negocios como Sanmar o Picolato.
Es lógico que para muchos vecinos sea mucho más cómodo y permisivo para su cartera bajar a comprar la barra de pan a otros establecimientos. Pero, al final, en estos pequeños negocios también se pagaba la calidad.
No es lo mismo una barra de pan artesanal, amasada en el local, con buen producto bruto; que una barra congelada que nos pueden vender en un supermercado o en una tienda de alimentación. Al igual que no es lo mismo un capricho dulce como puede ser una palmera de chocolate, o algún bollo de panadería artesanal; que productos industriales empaquetados.
Es por ello que debemos cuidar los pequeños negocios de barrio, así como darles la importancia y reconocimiento que se merecen. No olvidemos que de estos negocios han vivido muchas familias a lo largo de muchas generaciones en nuestro querido Alcorcón.
Fotografías: Joaquín Parejo Blanco
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