Txus, el vecino de Alcorcón que ha logrado conquistar las dunas de Marruecos

Ganador del Rally Nómada 2024. Txus, el vecino de Alcorcón que ha logrado conquistar las dunas de Marruecos

Alcorcón también es cuna de personas capaces de logar grandes gestas, y la Txus Martínez es una de ellas. Mecánico de profesión desde los quince años, y apasionado al automovilismo desde que tiene memoria, es el ganador del Rally Nómada de Marruecos 2024.

Un rally de resistencia, dureza y orientación. Etapas de nueve y diez horas diarias, a veces nocturnas. Unos 300 kilómetros de travesías de media al día. Un coche 2×4 que inicialmente valía 200 euros, compitiendo contra 4×4. Barro, dunas y rocas. El desierto contra una máquina y dos personas.

Dos hombres y un proyecto

Todo empezó hace dos años como un proyecto entre amigos, Txus y Uritz Zubiate. Ambos prepararon el coche con el compitieron en el taller del primero en Alcorcón, Motor Cebis. Un Citroën ZX modificado, comprado por 200 euros. Dos mil euros invertidos más tarde y muchas horas de trabajo después, consiguieron obtener 1.800 caballos de potencia que lograba llegar a los 150km/h en zonas de arena y barro. Con ruedas de gran tamaño y con una suspensión más alta de lo habitual, el vehículo contaba incluso con wifi y un sistema de navegación incorporado.

El rally

El Rally Nómada de Marruecos es una prueba de resistencia, dureza y orientación más que de velocidad. Cincuenta puntos eran marcados aleatoriamente cada día en kilómetros y kilómetros de desierto marroquí. “No tienes un camino marcado, solo tienes un punto en el mapa y tienes que ingeniárselas para llegar hasta allí”, explicaba Txus.

Los participantes tienen que alcanzar todos los puntos que puedan llegando a la meta dentro del tiempo determinado. Cada marca alcanzada sumaba 25 puntos a la clasificación y por cada minuto tarde que llegasen a la meta, se restaba el equivalente a alcanzar una marca, otros 25 puntos.

El día clave para la victoria

La tercera jornada comenzaba al atardecer, por lo que gran parte del recorrido sería completamente de noche, sin más luces que las de los faros de los coches. Ese mismo día, antes de la prueba, cayó una DANA en la región en la que tomaría lugar el recorrido. El barro, mezclado con la arena del desierto y las dunas crearon una combinación letal para todos los competidores. Excepto para el Citroën de Txus y Uritz.

La ligereza combinada con una potencia desmesurada para un coche tan pequeño, hicieron que mares de barro de kilómetros de ancho fuesen coser y cantar. Decenas de coches más grandes y caros se quedaron atrapados en el barro o no lograron orientarse bien. Esa noche, Txus y Uritz fueron los únicos que conquistaron todos los puntos de la etapa, incluso las localizaciones que solo 4×4 podían alcanzar, llegando a dos escasos minutos del final y ganando la etapa.

A partir de ese día, con más de 1200 puntos de ventaja frente al resto en la clasificación, se dedicaron a jugar sobre seguro, ayudar a otros vehículos averiados o encallados en el desierto y a disfrutar de la competición. “Arreglamos el coche de un chaval que se le rompió el eje y ese mismo día el chaval ganó en su categoría”.

Todo lo que significó ganar para Txus

“Mola ganar, pero sobre todo mola la experiencia que me he llevado con mi compañero. Haber preparado un coche que ha durado, no se ha roto y nunca se haya quedado atascado”. “Esta victoria no es solo nuestra. Nuestros compañeros, Antonio y Alberto y nuestras familias nos han ayudado y apoyado muchísimo”.

Y la realidad es que él hace dos años no pudo competir en esta misma prueba, sin embargo, su compañero sí, pero no pudo ganar. “Más que por ganar, me sentí muy bien por haber acabado un ciclo muy malo de mi vida y ganarlo significó cerrar esa fase”.

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