Los puestos de este tradicional fruto seco navideño ya embriagan las calles alfareras. La Navidad en Alcorcón huele a castañas
Con la llegada del frío invernal, las calles de Alcorcón se llenan de un aroma inconfundible, el del olor de las castañas asadas. Estos pequeños puestos no solo calientan las manos y los estómagos de los alfareros, sino que también traen consigo un trocito de tradición y alegría en cada cucurucho.
Las castañas asadas no solo ofrecen un bocado delicioso, sino que también aportan un reconfortante calor en los días fríos. Sostener un cucurucho de castañas calientes en las manos es como llevar un pedacito de hogar consigo, una calidez que se siente tanto en el cuerpo como en el alma.
Un manjar de temporada
El ritual comienza cuando el castañero -o castañera- extiende las castañas sobre la parrilla ardiente. El chisporroteo del fuego y el aroma dulce que se desprende de la misma son señales de que el proceso ha comenzado. Estos frutos secos, envueltos en sus brillantes y marrones cáscaras, se van abriendo lentamente, revelando un interior dorado y jugoso.
Crujientes por fuera y tiernas por dentro, las castañas son la esencia del invierno en Alcorcón. Cada bocado ofrece un contraste perfecto entre el exterior ligeramente quemado y el interior suave y dulce. Comerlas en esta época del año se convierte en un acto casi ceremonial. Una experiencia que todos hemos vivido, ya sea con nuestros abuelos, en la castañada de la escuela o de cualquier otra forma.
Los puestos de castañas no son solo un punto de venta. Son pequeños refugios de historia y tradición. Muchos de los castañeros llevan décadas en el oficio, transmitiendo sus secretos de generación en generación. Verlos en acción es como presenciar un arte antiguo, donde cada gesto y cada movimiento están cargados de sabiduría y destreza. Y ahí es donde entra Merce García, que tiene un puesto en la Calle Mayor.
«Ya huele a Navidad»
«Yo llevo toda la vida ahí, casi cuarenta años. Es un trabajo al que le tengo mucho cariño. Me hace mucha ilusión ver a la gente cuando vuelven las castañas, a los niños cuando me dicen que ya huele a Navidad. Parece que la gente tiene muy relacionado el olor de las castañas y de sus puestos con la Navidad«, nos cuenta a alcorconhoy.com.
«Ahora con el encendido de las luces, me hace ilusión que los padres digan a los niños: ‘Mira, las castañas de toda la vida, ya ha llegado la Navidad’«, relata Merce. Asimismo, teniendo en cuenta que se trata de un trabajo de temporada, esta alfarera explica que su puesto en la Calle Mayor abre todos los días de 17:00 a 21:00, a excepción de los días 24 y 31 de diciembre, y 6 de enero.
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