Relato inquietante que nos recuerda que debemos tener cuidado con lo que deseamos. Desde mi Colmena en Alcorcón: Amor de M…Muerte
El amor de Diego por su madre podía definirse como ejemplar, siendo en realidad desaforado, y patológicamente superior a todos los amores filiales conocidos entre las más célebres relaciones de madres e hijos en toda la historia de la humanidad.
Una noche, ante los primeros indicios de la natural debilidad con que la edad nos hace más proclives a la enfermedad y tras un diagnóstico cardiológico definitivo, Diego entró en pánico: su madre padecía una dolencia en el corazón que empeoraría progresivamente hasta arrebatársela.
Aquella noche, entre las lágrimas del más desesperado sollozo de su vida, Diego ofreció un pacto a quien deseara escuchar su súplica: Dios, el Demonio o cualquier ente que tuviera poder suficiente para concedérsela.:
No me quites a mi madre sin llevarme con ella.
Pasaron los años y aquel joven Diego maduró. Formó su hogar con una pareja, tuvo hijos… y aquel pacto fue difuminándose como una nimia anécdota de juventud, en el espesor de las alegrías familiares que felizmente transcurrían año tras año con la llegada y la crianza de los nuevos vástagos sumadas a todas las celebraciones y fiestas populares.
Pero estas no conformaban una línea vital definitiva, sino un círculo que se cerró de nuevo.
El divorcio de Diego lo devolvió al hogar materno.
Una mañana de domingo, Diego se percató de que su madre se demoraba en levantarse de la cama. Recordó que habitualmente, tras una mala noche de toses y pesadillas, a la pobre mujer le gustaba saldar la deuda de sueño arrebujándose en la cama un par de horas más tras el amanecer con la persiana ligeramente subida, lo justo para sentir en su piel la tibiedad del sol invernal como un apaciguador bálsamo.
Por un momento, Diego recordó aquel lejano pacto y, acto seguido, negó con la cabeza riéndose de aquel joven inconsciente dispuesto a renunciar a la vida si su madre faltaba. Se dirigió al que fue su armario de juventud, tomó varias prendas y se preparó para darse una ducha.
Después de casi dos minutos tiritando desnudo mientras bregaba con el mando del agua para que ésta alcanzara la temperatura necesaria, se dejó acariciar al fin por una generosa lluvia del ansiado calor. No se percató de que, en el forcejeo con el grifo, había volcado el bote de champú, que quedó vertiendo su contenido junto a sus pies.
Cuando Diego retrocedió elevando la frente para enjuagar su escaso cabello, sus talones patinaron sobre la viscosa sustancia formada junto al desagüe. El crujido de su cráneo, un dolor intenso y la oscuridad ocuparon su último segundo de consciencia.
Su cuerpo inerte taponó el desagüe, lo que provocó la pequeña inundación que llevaría a la vecina del piso inferior a avisar al servicio de Urgencias de las goteras y la ausencia de respuesta en la casa.
Cuando el forense examinó los cuerpos, la hora de la muerte de Diego coincidía con la de su madre.
Blog: https://erase-una-vez-entre-otras-cosas.webnode.es/blog/
Autora de la trilogía Las abejas de Malia y del cuento Letras para una bruja.
web: https://las-abejas-de-malia2.webnode.es/
Facebook: Las Abejas de Malia libro
Instagram: escritorapatriciavallecillo
*Queda terminantemente prohibido el uso o distribución sin previo consentimiento del texto o las imágenes propias de este artículo.
Sigue al minuto todas las noticias de Alcorcón. Suscríbete gratis al
Canal de Telegram
Canal de Whatsapp
Sigue toda la actualidad de Alcorcón en alcorconhoy.com